Licor de limón

Empezamos lavando y secando bien los limones. Es muy importante que estén realmente limpios, porque la cáscara que irá al licor debe estar libre de impurezas.

A continuación, se pelan los limones con cuidado de no romper la piel. Es mejor hacerlo con un pelador de verduras, dejando una pelusilla blanca en el limón. Ponga las cáscaras en un tarro de cristal grande, que debe estar bien lavado y seco.

Añade el alcohol al tarro y ciérralo bien. Déjalo en un lugar oscuro y fresco durante 40 días. Conviene agitar el tarro cada pocos días.

Después de 40 días, preparamos el jarabe de azúcar. Ponemos azúcar en una olla, vertemos agua y calentamos hasta que el azúcar se disuelva. Cuando el jarabe esté listo, lo enfriamos a temperatura ambiente.

Cuando el almíbar se haya enfriado, viértalo en el tarro con los limones y el aguardiente. Remuévalo bien y vuelva a cerrar el tarro. Déjelo reposar otros 40 días en un lugar oscuro.

Pasado este tiempo, colamos nuestro licor por un colador fino o una gasa gruesa. El licor de limón ya está listo para consumir, pero te animo a que lo dejes reposar unos días más para que los sabores se mezclen mejor.